La especie de los Meli Drows es una que no debería haber existido jamás. Se trata de un híbrido entre drows y gnomos, creado por los primeros a base de experimentar con esclavos de las maneras más inhumanas imaginables durante siglos. Fueron creados con la intención de desarrollar una especie servicial, capaces de fabricar poderosas armas de neferium sin verse perjudicados por sus efectos negativos. Utilizaron esclavos gnomos para aprovechar su agilidad,  gran inteligencia y maña, para que el resultado final fuese lo mejor posible a la hora de inventar y fabricar artilugios de utilidad y, sobre todo, poderosas armas.

 Son ligeramente más grandes que los gnomos y su piel de color gris pálido es bastante dura. Pueden tener los ojos rojos, amarillos, negros o, en rara ocasión, azules; su cabello suele ser blanco, gris o negro. Lo más común es que los hombres lo lleven largo y las mujeres bastante corto, siendo raro que les salga un rizo, ya que el pelo es muy lacio y fino. Su complexión es más bien escuálida y delgada, lo que más destaca de ellos son sus manos. Estas son muy grandes en proporción con su cuerpo, muy elásticas y fibrosas, a la vez que delgadas, planas y finas, pero increíblemente fuertes. Sus largos dedos se pueden doblar en cualquier dirección y tienen una falange más que las manos humanoides normales. Fueron creadas de esta forma para que pudieran trabajar con mucha precisión en cualquier clase de artilugio.

 Para ellos, es muy importante recordar su historia, de dónde vienen y lo mucho que han sufrido sus antepasados: dejaron diarios y escritos relatando los horrores por los que les hacían pasar los drows. Sienten el deber de recordarlos y honrarlos, disfrutando de una vida plena y feliz para intentar que sus sacrificios no fueran en vano. Sin embargo, no pueden evitar ser desconfiados y reservados ante los desconocidos. Eso les hace parecer desagradables, obstinados y maleducados a ojos de otras personas, pero entre ellos y con quienes confían, son leales, hospitalarios e incluso cariñosos. Son también conscientes de sus habilidades creativas, su inteligencia y sus ventajas ergonómicas, por lo que exhiben siempre con orgullo sus inventos y creaciones. Su instinto les hace desear más conocimiento, mejores herramientas y nuevas ideas.

 Suelen dedicarse principalmente a dos ramas: la ingeniería y el arte. Son grandes artificieros e increíbles músicos, y a menudo estas dos ramas se unen para construir nuevos instrumentos o herramientas para entretener al público y ofrecer el mejor de los espectáculos. Actualmente, sus proyectos se basan en mejoras para el pueblo, buscando ganar prestigio y el favor del duque. Su creación más reciente es conocida como constructos meli, grandes artefactos humanoides construidos para cumplir la función de guardias de la ciudad.