Los elfos del Plano Onírico son una subespecie profundamente conectada con el reino de los sueños. Sus orígenes están envueltos en misterio, pero, según las leyendas, fueron altos elfos y drows que, tras un pacto con la entidad conocida como La Soñadora, trascendieron la realidad física y adoptaron una esencia más etérea. Se dice que estos elfos oníricos no nacen, sino que despiertan en el mundo tras pasar la eternidad en el Plano Onírico. 

Como los altos elfos, su figura es elegante y estilizada, se mueven con gracia y llaman la atención por su delicadeza. Pero son muy distintos. Su piel es iridiscente, como si estuviera hecha de cristal pulido o niebla solidificada, en tonos distintos de morado y violeta, con destellos brillantes que parecen estrellas fugaces o constelaciones en movimiento. Su pelo flota en el aire como si estuviera debajo del agua. Sus ojos no tienen pupilas, asemejándose a orbes de luz que cambian de tono según su estado emocional o los sueños de las personas que los rodean.

Habitan lugares donde la frontera entre el Plano Terrenal y el Plano Onírico es más frágil, como bosques envueltos en niebla o ruinas que parecen vibrar con energías de otro mundo. Pueden despertar en cualquier lugar de Dragonlight, aunque sienten predilección por Rúdrasis, donde los planos se entrelazan con más facilidad.